El arroz es un ingrediente esencial en la cocina de medio mundo. Desde Asia hasta el Mediterráneo, este cereal ha acompañado al ser humano durante miles de años en incontables preparaciones: guisos, sopas, paellas, risottos o postres. Sin embargo, aunque parezca un alimento sencillo, cada tipo de arroz tiene características muy distintas, y elegir bien cuál usar puede marcar la diferencia entre un plato sabroso y uno sin vida.
Uno de los más apreciados por cocineros y amantes de la cocina tradicional es el arroz redondo, conocido por su textura cremosa y su capacidad única para absorber los sabores del caldo, las especias y el sofrito.
Pero ¿por qué sucede esto? ¿Y en qué recetas conviene usarlo? Te lo contamos en detalle.
🌾 1. Un grano pequeño con gran personalidad
El arroz redondo es una variedad de grano corto o medio, de forma casi esférica, ligeramente perlado y con una textura más densa que el arroz largo.
A simple vista, puede parecer similar a otras variedades, pero su composición interna lo hace especial: contiene una proporción equilibrada de dos tipos de almidón, amilosa y amilopectina, que determinan su comportamiento al cocinarse.
- La amilopectina se libera fácilmente al calor y aporta cremosidad y cohesión.
 - La amilosa, en cambio, mantiene el grano entero y firme, evitando que se rompa o se vuelva pastoso.
 
Esta combinación hace que el arroz redondo tenga una textura tierna pero consistente, ideal para absorber los líquidos y sabores del caldo sin deshacerse.
🧑🌾 2. Un arroz con historia y tradición mediterránea
El arroz llegó a la Península Ibérica hacia el siglo VIII, de la mano de los árabes, quienes dominaron su cultivo y lo incorporaron a su gastronomía. Con el paso de los siglos, las zonas arroceras del Levante español, el Delta del Ebro y las marismas de Andalucía se convirtieron en el corazón del arroz redondo. Su cultivo se adaptó al clima mediterráneo, al suelo fértil y al uso de aguas controladas, dando lugar a una de las materias primas más emblemáticas de nuestra cocina.
El arroz redondo no solo es parte de la historia agrícola, sino también de la cultura gastronómica. Es el protagonista de platos tan tradicionales como la paella, el arroz caldoso con bogavante, el arroz al horno o el arroz con lentejas, donde la clave está precisamente en su capacidad para absorber y retener el sabor.
🔬 3. La ciencia detrás de su sabor
Cuando cocinamos arroz redondo, sus características físicas y químicas entran en juego. El grano tiene una estructura porosa que permite que el caldo penetre hasta el centro, impregnándolo de los matices del sofrito, las hierbas, las especias y los vegetales. A medida que se cuece, el arroz libera parte de su almidón en el líquido, lo que da lugar a esa textura melosa y brillante tan característica.
A diferencia del arroz largo (que mantiene los granos sueltos y secos) el redondo abraza el caldo y lo transforma en una mezcla homogénea, casi cremosa, en la que cada cucharada es una explosión de sabor.
Es esta interacción entre el grano y el caldo lo que hace que, por ejemplo, un arroz con verduras o un arroz con lentejas tenga un sabor tan profundo y reconfortante.
															🍲 4. ¿Cuándo elegir arroz redondo?
Elegir el tipo de arroz adecuado depende del plato que quieras preparar. El arroz redondo es ideal cuando buscas una textura jugosa, cremosa o ligeramente caldosa. Algunas preparaciones en las que brilla especialmente son:
- Arroces caldosos y melosos, como los de marisco, conejo o verduras.
 - Guisos tradicionales con legumbres, como el arroz con lentejas o con garbanzos.
 - Recetas mediterráneas que integran el arroz en un sofrito rico y especiado.
 - Platos de cuchara perfectos para el otoño o el invierno, cuando apetece una comida reconfortante.
 
Por el contrario, si buscas arroces más sueltos (como los que acompañan carnes o platos asiáticos) te convendrá usar variedades de grano largo, como el basmati o el jazmín, que contienen menos almidón y no se pegan.
															💡 5. Tres consejos para potenciar su sabor
A continuación, algunos consejos prácticos para sacar el máximo partido al arroz redondo y lograr un sabor intenso y equilibrado:
Empieza con un buen sofrito
El secreto de todo arroz sabroso está en su base. Dedica tiempo a pochar lentamente la cebolla, el ajo y el tomate hasta que estén dorados y dulces. Este proceso carameliza los azúcares naturales de las verduras y genera un fondo de sabor profundo que el arroz absorberá más adelante.
Tuesta el arroz antes de añadir el caldo
Una vez incorporas el arroz al sofrito, remueve durante uno o dos minutos a fuego medio. Este paso, conocido como “nacarar”, sella el grano y permite que el arroz absorba el caldo de manera más uniforme, conservando su forma sin deshacerse.
Usa caldo caliente y añade poco a poco
Añadir el caldo caliente, en lugar de frío, mantiene constante la temperatura de cocción. Además, incorporarlo en pequeñas cantidades permite controlar mejor la textura final del plato (ya sea meloso o caldoso) y garantiza que el arroz se impregne de todo el sabor.
															🌿 6. Beneficios nutricionales del arroz redondo
Además de su versatilidad en la cocina, el arroz redondo es un alimento ligero, energético y fácil de digerir. Aporta hidratos de carbono complejos, que proporcionan energía sostenida, y es naturalmente bajo en grasa y sin gluten, lo que lo hace apto para dietas variadas.
Cuando se combina con legumbres (como en un arroz con lentejas) se obtiene una proteína vegetal completa, ideal para dietas equilibradas o vegetarianas. Y si se prepara con verduras de temporada, el resultado es un plato rico en fibra, vitaminas y minerales, perfecto para cuidar la salud sin renunciar al sabor.
❤️ 7. Un clásico que nunca pasa de moda
El arroz redondo ha acompañado a generaciones de cocineros y hogares, siendo la base de platos familiares, fiestas y recetas de siempre. Su capacidad para absorber los aromas y crear texturas suaves lo convierte en un ingrediente humilde, pero imprescindible.
Así que la próxima vez que cocines un arroz caldoso o un guiso de cuchara, recuerda:
👉 El secreto está en el grano.
El arroz redondo no solo da cuerpo al plato… también le da alma.
	
						
					



